sábado, 5 de marzo de 2016

LOS RECUERDOS SON COMO FOTOGRAFÍAS.

Por Jairo Serrano.

Como los animales no tienen lenguaje, almacenan sus recuerdos como fotografías en un álbum, o como mensajes cortos en una grabadora. Por ejemplo, si una vaca adquirió miedo a los impermeables amarillos cuando era ternera, todo aquello que se asemeje a un impermeable amarillo podrá atemorizarla. Este miedo se podría extender a los delantales amarillos. Básicamente, la vaca coteja lo que está viendo u oyendo con los recuerdos del miedo que hay en su cerebro. Algunos encargados de granjas lecheras han comprobado que los cepos para sujetar a las vacas del cuello aumentan los niveles de estrés. Esto puede deberse a los métodos empleados la primera vez que los aplica a las vacas. Antes de aplicarlo, siempre hay que hacer que los animales los asocien con la comida. Si el cepo es asociado con inyecciones, es más probable que la vaca le tenga miedo. Para evitarlo, la primera experiencia del animal en el cepo debe ser alimentarse. Si los terneros son entrenados con suavidad a comer en los cepos, lo más probable es que no los asocien con inyecciones, aun en el caso de que hayan recibido inyecciones estando en el cepo. Es más probable que las vacas asocien las inyecciones con objetos tales como un estuche rojo que contiene las agujas. Mientras no vean ese estuche, estarán en calma. Decía W.D. Hoard: “La regla a ser cumplida siempre en mi granja lechera con los animales, jóvenes o viejos, es la paciencia y la amabilidad. La utilidad de una persona con los animales cesa en el instante en que pierde la calma y les imparte un trato rudo. Las personas deben ser pacientes. Los vacunos no son seres que razonan. Recuerden que este es el Hogar de las Madres. Traten a cada vaca como una Madre debería ser tratada. Dar leche es una función de la Maternidad; el trato rudo disminuye el flujo. Eso me hiere a mí tanto como a la vaca. Tengan siempre presentes estas ideas al trabajar con mi ganado.” La sabiduría de W.D. Hoard ha sido comprobada por la ciencia. Los científicos han trazado los circuitos del miedo en el cerebro, y saben cómo operan dichos circuitos. Los administradores de granjas lecheras pueden usar esta información para entrenar a sus empleados acerca de la importancia de tratar bien a las Vacas lecheras.

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