ENDOCARDITIS INFECCIOSA
La endocarditis infecciosa es una enfermedad sistémica asociada a una alta morbilidad y mortalidad. Afecta fundamentalmente a perros de edad media y mayores, sobre todo de razas grandes. La endocarditis bacteriana presenta un gran desafío con respecto a su diagnóstico y tratamiento eficaz.
La auscultación puede aportar indicios en relación a la implicación valvular, particularmente cuando está presente un soplo sistólico en la base izquierda que se corresponde con la regurgitación aórtica.
Las vegetaciones e insuficiencia de la válvula aórtica también pueden alterar las características del pulso femoral. La ecocardiografía puede facilitar el diagnóstico, particularmente en las lesiones de la válvula aórtica, pero es menos específica a la hora de distinguir entre pequeñas vegetaciones de la válvula mitral y lesiones tempranas de degeneración mitral crónica.
Las lesiones vegetativas se desarrollan principalmente a lo largo de los bordes de las válvulas aórtica y mitral y frecuentemente desprenden émbolos hacia bazo, riñón, cerebro y corazón. Las consecuencias clínicas más comunes incluyen el fallo cardiaco congestivo, sepsis, arritmias e infartos orgánicos sistémicos. La terapia para tratar las endocarditis infecciosas requiere la administración a largo plazo (6 a 8 semanas o más) de altas dosis de antibióticos bactericidas, y el manejo de las complicaciones concurrentes.
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